Realmente es así: podemos conseguir más éxito si ponemos el corazón además de la inteligencia en lo que hacemos, como decía Ford, podemos creer que es posible o creer que es imposible y en ambos casos tendremos razón.
Actuar con decisión, con valentía, exponiéndose al fracaso, resolutivamente, depende de nosotros y de nadie más.
O sea: la actitud es cosa nuestra, pues a trabajarla, es el momento de conseguir cualquier propósito, sin excusas.